Pauls

 

En 2003 la novela El pasado de Alan Pauls ganó el Premio Herralde y desde entonces su obra es parte del catálogo de la editorial Anagrama. En 2004 editó el ensayo El factor Borges (1996) y en 2005 la nouvelle Wasabi (1994). A partir de 2007 Pauls se embarca en la publicación de una trilogía sobre los 70 en Argentina, que la editorial describe como “los años más tempestuosos” de su historia reciente. Con la publicación de Ciencias morales de Martín Kohan (Premio Herralde 2007) y Los Living de Martín Caparrós (Premio Herralde 2011) Anagrama apuesta a explotar el tema de ese momento histórico en Argentina, tendencia que se refuerza mediáticamente con el kirchnerismo y su épica militante. El fenómeno, no obstante, se explica también por la necesidad de abaratar los costos de distribución imprimiendo localmente.

Como sea Historia del dinero cierra una trilogía compuesta por Historia del llanto (2007) e Historia del pelo (2010). La novela empieza situando al lector en el punto de vista de un adolescente que concurre al entierro de un ejecutivo siderúrgico muerto en circunstancias poco claras y en el contexto de violencia política de los años 70 en Argentina. El protagonista conoce al empresario: “No ha cumplido quince años cuando ve en persona a su primer muerto. Lo asombra un poco que ese hombre, amigo íntimo de la familia del marido de su madre, ahora, encogido por las paredes demasiado estrechas del ataúd, le caiga tan mal como cuando estaba vivo”. A partir de entonces el narrador recorre la historia de ese adolescente desde los 70 hasta el presente. Una historia en la que el dinero ocupa el lugar del lenguaje y domina las interacciones entre los personajes. Herencia, créditos, deudas, préstamos, compras, ventas, transacciones en las que el dinero habla de los conflictos familiares, las carencias, los deseos y de todas las cosas que le ocurren al personaje.

La obra de Alan Pauls no puede explicarse sin mencionar a escritores como Daniel Guebel, Luis Chitarroni, Sergio Chejfec, Sergio Bizzio, Daniel Link o Martín Caparrós. Todos ellos emergieron como grupo en los 90 alrededor de la revista Babel (cuyo antecedente sería el grupo “Shangai”, según Caparrós). Al mismo tiempo que hacían crítica literaria en la revista, estos escritores iban incorporándose al mercado editorial argentino con sus obras. El colectivo reivindicó autores como Fogwill, César Aira, Osvaldo Lamborghini o Arturo Carrera. Esto significó desplazar el eje de la literatura argentina, separarse de una literatura comprometida, social o política que se hizo dominante precisamente en los 60 y los 70. En su lugar postularon una escritura, un estilo, un “hacer sonar la lengua”, en palabras del propio Pauls en 1989, en el doble sentido de la sonoridad de las palabras y de apuesta a dinamitar la lengua. Como sea, esto se traduce en un mayor trabajo con el lenguaje, con la palabra como la materia prima de la literatura.

Por eso en Historia del dinero no hay una prosa ágil, ni fácil, con enunciados cortos o descriptivos, o con separación entre capítulos. Hay un texto continuo, con largos párrafos que ocupan a veces dos o tres páginas, continuas disgresiones, paréntesis extensos y un discurso que envuelve el relato y lo lleva de atrás para adelante en el tiempo. Características de un estilo ya consolidado en la novela El pasado. La historia política no es el tema de esta novela, por lo que aparece solamente como un contexto elidido aunque latente. El estilo indirecto libre le permite a Pauls situar al narrador cerca del punto de vista del protagonista y si bien es cierto que una parte importante de la novela se desarrolla en los 70, cuando éste era un prepuber, la historia se cuenta desde una adultez anclada en el presente.

Cabe aclarar que no leí las otros dos novelas que componen la trilogía aunque habiéndola leído individualmente puedo decir que Historia del dinero es una buena actualización del “estilo Alan Pauls” -a falta de una mejor definición- que puede funcionar como “puerta de entrada” a la obra del escritor para nuevos lectores o como una “renovación del contrato” con sus seguidores.

(Reseña publicada en la diaria el martes 26 de noviembre de 2013, página 10)