Saqué la foto con mi celular en Julio Herrera y Obes y Canelones (Montevideo, Uruguay) en setiembre de este año. Desde entonces nunca la había descargado en mi computadora y ahora que la veo me acuerdo que quería escribir algo sobre la percepción de la política o de los políticos desde la perspectiva del arte y los artistas. Por supuesto que no hay una única clase de artistas ni de políticos, pero creía/creo interpretar ciertas miradas mutuas al sesgo, muchas veces llenas de prejuicios.
Con las manos arriba, mostrándonos las palmas, como si no tuviera nada que esconder, un hombre bicolor dice: “Chorros son los milicos, banqueros, empresarios y políticos”. (Otra vez no me doy cuenta del estilo y no encuentro una firma que identifique al “autor” de este muro).
Cuando lo vi esa mañana de setiembre, me tomó por sorpresa- Me gustó la calidad y la dimensión del dibujo. Después me enojé por la simplificación, por el juicio fácil. Pero interpretarlo así le quitaba interés. Tal vez el enojo y esa primera interpretación me llevó a dejar la foto guardada. Pero me gusta pensar otra cosa ahora que lo miro en mi casa, lejos de la primera impresión.
Me imagino a un vecino del barrio haciendo esta afirmación, o cosas como que hay que mandar al paredón a los chorros, con ese mismo gesto: los brazos levantados, incluso moviendo un poco los hombros hacia arriba, abriendo la boca para decir una gran verdad.
Este hombre dibujado ahí me interpela. A partir de una frase escuchada mil veces, de una gestualidad repetida en mil charlas cotidianas, la obra me obliga a tomar distancia, a verme en esa pared como si fuera un espejo. ¿Cuántos transeúntes se mirarán en él?
Y hablando de espejos y transeúntes, va «Un transeúnte» de Eduardo Darnauchans.
Me imaginé retratado en el mural, alzando las manos frente a los malhechores, al vecino indefenso que pronuncia la frase generalizadora: “Chorros son los milicos, banqueros, empresarios y políticos”.
Me intrigó más que la afirmación, la pintura en dos colores. ¿Tendrá algún significado oculto?
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Verónica, no se me ocurre qué podrían significar los colores. ¿Vos qué te imaginás?
Gracias por tu comentario, saludos
Alejandro
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Alejandro, mi primera impresión fue: «El muralista usó pintura que tenía (sobrante de ora ejecución». Después pensé que tal vez, y a pesar de la dureza de la frase, el color transmitía la tristeza del sujeto en cuestión. Sólo una cuestión de asociación de ideas azul = blue = triste. Nada complicado, tampoco.
Por este camino también llego a: «Este hombre dibujado ahí me interpela». Y me acucia, y me provoca, agrego.
Saludos.
Verónica
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Interesante tu aporte Verónica. Es cierto lo del azul pero al mismo tiempo el hombre dibujado no parece estar triste. De todas formas siempre resulta interesante preguntarse por las razones de las elecciones estéticas de un artista. ¿No te parece?. Saludos y gracias de nuevo por el interés. Alejandro
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