En el barrio donde vivo, sobre la calle Comercio (Solano López), entre Asamblea y Rivera, estaba Cristalerías del Uruguay. En 1999 la fábrica cerró y la lucha de los trabajadores por recuperarla no prosperó en el mismo lugar, pero se mantuvo con cierto éxito en el Parque Tecnológico del Cerro.

Durante muchos años Cristalerías del Uruguay fue parte del paisaje desgastado que dejó el neoliberalismo, como las canchas de paddle. El espacio donde estaba la fábrica fue capturado por la burbuja inmobiliaria y hoy es un lujoso complejo de edificios para nuevos ricos.

Pero todavía quedan señas del paisaje desgastado.

 

buceo 2 (3)

 

Por Asamblea y Espinosa está este viejo local, periférico a la fábrica, en el que se dejaba el vidrio para reciclar. Lo supongo por las montañas de vidrio que se acumulaban hasta hace poco. Atrás del paisaje desgastado la burbuja inmobiliaria. Como se puede ver los muros están pintados con todo tipo de cosas. Es y ha sido escenario de las luchas entre Nacional y Peñarol, todo el barrio vive esta disociación entre «Buceo es manya» y «Buceo es Bolso».

Caminando con Espinosa, en la esquina con Asamblea uno se encuentra con este muro

 

buceo 2 (5)

 

La mirada perdida del Samurai, la referencia a Japón con ese sol rojo entre nubes blancas (la escuela Japón está a dos cuadras y puede no ser una casualidad), la espada descansando de la guerra. El muro no tiene firma, o no parece tenerla.

Al doblar por Asamblea uno se encuentra con este otro muro

 

buceo 2 (2)

 

Es «Un día encantador» que nos lleva a otro exotismo, el del encantador hindú de serpientes. La serpiente, nada amigable en principio, está pintada sobre el portón de chapa. No podría decir si estaba antes del encantador, aunque los estilos de los dibujos son diferentes.

Ambos muros miran para otro lado, traen figuras exóticas, pintan otro mundo en el paisaje desgastado.