No me gustan los aeropuertos. Nunca me gustaron. Pero en este 2020 pandémico los he extrañado. Y no necesariamente por tener tantas ganas de viajar. A fin de cuentas, lo que provoca el encierro son ganas de estar en otro lugar, al aire libre, con una sonrisa y con esa sensación única de libertad que te envuelve en algunas partes. No los aeropuertos en sí, con toda su ceremonia, con esa anticipación exagerada y con el tiempo desbocado. Con esa impersonalidad y falsa iluminación tan desagradable. Con esos precios grotescos para botellas de agua mineral, revistas y chocolates.

Todos hemos tenido una contradicción en este año de encierro. Supe de alguien que volvió a fumar después de años de odiar el cigarro. Supe también de alguien que extraña andar a paso de tortuga por el Paseo Ahumada; alguien que no es precisamente una persona que se toma las caminatas con calma por el centro Santiago. ¿Será que el encierro ha hecho tambalear nuestras consignas? Antes del covid: odio a los aeropuertos. Después del covid: añoranza de los aeropuertos.

La situación me ha hecho recordar que los aeropuertos para mí están llenos de despedidas. Y las despedidas nunca son un momento feliz. Un último abrazo con sonido de avión despegando no es algo que añore con mucho entusiasmo. Tampoco ese café mientras pasa la hora, sabiendo que ese momento es como el último capítulo de una serie que tiene solo una temporada. Quizás lo que extraño son las despedidas, que también se han extinguido con la pandemia.

Mientras sigo buscando en la memoria cómo comenzó todo esto, me acuerdo de esa película de Steven Spielberg, en que Tom Hanks se queda sin poder salir del aeropuerto de Nueva York por varios años. Una locura. La terminal se llama. Me acuerdo que durante mucho tiempo tenía la idea de que me encontraría con Tom Hanks en un aeropuerto. Sería tal vez un buen plan ver de nuevo La terminal; ahora en cuarentena. Mi reacción me da un poco de miedo. No vaya a ser cosa que los aeropuertos pasen a ser una presencia latente, incluso cuando se acabe la pandemia. ¿Se acabará algún día la pesadilla?

Hace unos meses, cuando las cifras del virus estaban en su peak, salí después de varias semanas a comprar al supermercado. En la caminata me puse a pensar en que ya no se escuchaba el sonido de aviones pasando por el cielo. Seguro que esa falta de aviones por los aires se ha dado en otras partes del mundo y más de alguien ha reparado en ello. En mi caso, el ruido de los trenes de carga que pasan a metros de mi casa, ha sido la banda sonora de la pandemia. Casi creo que ahora pasan más trenes que antes, pero es probable que sea solo una falsa idea dada por la falta de aviones.

En esta relación extraña —descubierta en pandemia—, que tengo con los aeropuertos, me he acordado de Andrés Calamaro, autor de un número grande de canciones que escuché bastante junto a algunos amigos en el pasado. En su hit Te quiero igual, Calamaro dice: “sé que te quiero y que me esperan más aeropuertos”. ¿A qué se refiere? ¿A una resignación? Suena a que tampoco le gustan muchos los aeropuertos.

En otra de sus canciones, una de mis favoritas, Los aviones, habla de algo que se acabó y de soñar, “mientras por afuera pasan los aviones”. Es terrible pensar en una canción como esta en pandemia. Hay cosas que se acaban. Siempre. La capacidad de soñar está intacta. Siempre. Esa no se pierde nunca, ni siquiera en cuarentena. Pero por afuera, ya no pasan los aviones. O pasan tan poco que no se notan. O ya no importa si pasan.

No me gustan los aeropuertos. Nunca me gustaron. Es difícil llegar a ellos. Y es difícil salir de ellos también. Cuando uno va camino al aeropuerto, está lleno de dudas, de incertidumbre, de temores, de inquietud por las horas. Quizás es eso. Todos hemos buscado alguna contradicción para combatir la pandemia. Aunque también está la posibilidad de que mi cuento con los aeropuertos sea solo eso: una historia dispersa para escribir mientras pienso en el futuro de la pesadilla.


Crédito de la imagen: Captura de pantalla tomada de Airport Terminal Film Set at L.A. Castle Studios

Deja un comentario

Author

Trending