Un día, hace dos años, me ocurrió lo siguiente: me levanté muy temprano como todos los días, desayuné y salí a la calle. Todavía algo dormido me topé con un chancho vestido de inspector de tránsito, con la libreta de multas en una mano y un amenazante dedo índice levantado en la otra. El chancho estaba aplicando una multa. Al mismo tiempo, le adviertía a un interlocutor no representado sobre alguna conducta irresponsable en el tránsito. Cualquier transeúnte pudo ser ese interlocutor multado por el chancho.

El día anterior ese muro estaba lleno de inscripciones y poca cosa más. No recuerdo si fue porque no tenía celular, porque estaba dormido o porque, como casi todos los días, estaba llegando tarde al trabajo, pero no pude sacarle una foto. Al otro día, en la mañana, dispuesto a tomar la foto llegué al muro y el dibujo había sido borrado, o más bien tachado por una mancha de pintura blanca que ni siquiera cubría todo el muro. Quien lo había borrado no se había ofendido con el “Manya puto” ni con el “Karen y Yonatan” de los liceales. Estaba ofendido porque le habían dibujado un chancho. Y lo borró.

Pasaron dos años. Cada tanto, en los días más soleados, veía algunos rasgos del chancho detrás de la pintura blanca que me permitían recuperar en la memoria aquel primer acercamiento con el dibujo. Pero ayer me llevé una sorpresa. Después de unas intensas lluvias el chancho emergió rozagante y triunfador. Y además con una leyenda nueva: “Abran la mente y no la libreta”.

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Entonces pensé en la propuesta del pre-candidato a la presidencia de la república por el Partido Colorado (Uruguay), Pedro Bordaberry. Hace una o dos semanas su jefe de prensa anunció que borrarían los muros de Montevideo para limpiar la ciudad de propaganda política. El procedimiento es parecido al del vecino indignado que me censuró al chancho antes de que pudiera sacarle una foto. Pero el tiempo, que a veces juega en contra del arte callejero, en este caso jugó a su favor. Bordaberry debería saber que, aunque intente reprimir lo político en la calle, lo político volverá más fuerte. Emergerá como el chancho de sus cenizas o tendrá nuevas formas.

PD. Hubo una respuesta de la Crew del Sur en los propios muros.

4 respuestas a “Borrar los muros (Pedro Bordaberry y el arte callejero)”

  1. Hola Alejandro. ¡El chancho-fénix!
    No puedo dejar de recordar El Reino Azul de Trillo/Breccia
    Fijate:

    El Reino Azul


    No es por autobombo: no está en otro lado.
    Abrazo

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    1. Muchas gracias Sudaca, muy bueno el comic de Trillo y Breccia. Y es como decís vos, el chancho-fénix renace de sus cenizas.

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  2. El chancho resultó tan inmortal como Gilgamesh. ¡Bien por el cerdo y su perseverancia!

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  3. ¡Exacto! Muchas gracias por el comentario. Abrazo.

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