En setiembre pasado se realizó el CAICU, Primer Congreso Interdisciplinario sobre Carnaval Uruguayo. El encuentro me alegró y me impactó muy gratamente por la cantidad de propuestas y miradas que se presentaron sobre este tema, tan importantes para el país. Sin embargo, esta experiencia también me llevó a reflexionar sobre un aspecto que siempre tuve en mi etapa de profesor de la Universidad de la República (UDELAR)¹, como investigador en el área de la sociología de la cultura y las artes: la falta de respaldo por parte de la Comisión Sectorial de Investigación Científica (CSIC) de la UDELAR para financiar proyectos relacionados con el Carnaval.

En el CAICU, expresé mi preocupación acerca de este debe enorme y déficit histórico que tiene la UDELAR en otorgar fondos a proyectos dentro de esta área. Es evidente que el Carnaval, lejos de ser simplemente una festividad popular, constituye un fenómeno cultural complejo que influye en múltiples aspectos de la sociedad uruguaya. Desde su papel en la configuración de la identidad nacional hasta su impacto en la economía local y en la vida cotidiana de los barrios y comunidades locales. Desde el concepto de ciudad y sus espacios públicos, pasando por el proceso de profesionalización artístico, hasta el consumo cultural, el Carnaval merece una atención más profunda y sistemática desde la investigación académica. El Carnaval es un fenómeno único que abarca dimensiones sociales, culturales, artísticas, económicas, y más.

Hay que decir que investigar con proyectos financiados permite una mejoría en la calidad de la investigación, y aclaro que no me refiero a su análisis, a su metodología ni a su perspectiva teórica, sino a la posibilidad de dedicar recursos para la optimización del proyecto. Desde tener un equipo investigador (mínimo, no pidamos demasiado) hasta poder comprar una grabadora digital o una cámara de fotos. Sí, con un celular se puede hacer eso. Sí, pero no. La falta de financiación institucional repercute directamente en la precarización del trabajo del investigador. Un ejemplo básico, como podría ser realizar un análisis de casos considerando tres tablados barriales, sin fondos presupuestales, implica pagar del bolsillo propio los traslados. En ómnibus, aclaro, en taxi ya es un lujo.

También mencioné en el CAICU que la investigación que se viene haciendo en la UDELAR sobre el Carnaval responde más que nada a intereses de investigación y esfuerzos individuales. Desde investigadores ya integrados a la estructura universitaria docente que dedican parte de su tiempo al desarrollo de este tema, o por parte de estudiantes de grado y posgrado (principalmente maestría) que utilizan su monografía final para plantear preocupaciones de investigación sobre Carnaval.

Insólitamente, aunque no tanto, el intercambio que hubo posteriormente entre colegas fue moderado. Que al parecer no es tan así, que se investiga y bastante. Que desde fines de los 90 hasta ahora ha habido cambios, y que sí hay investigación sobre Carnaval. Si sumé bien, son más de 25 años. Lento pero seguro, parece.

Sólo por curiosidad, aunque era difícil que cambiara mi hipótesis inicial, busqué la página de la CSIC que muestra los proyectos que ha financiado hasta el momento. Utilizando en la búsqueda palabras claves como carnaval, murga, parodista, candombe, humorista, revista y fiesta, encontré sólo un proyecto financiado. En el Programa de Iniciación a la Investigación, en 2011, tuvo apoyo el proyecto “Lo que canta la murga”, de Carlos Correa De Paiva. Por lo leído en el resumen, la propuesta se encuentra en el área social y con un fuerte énfasis en el campo de la musicología.

Podría plantear varias preguntas sobre el porqué de la inexistencia de proyectos financiados desde la UDELAR sobre Carnaval, pero por ahora, mientras continúo mi reflexión sobre estos temas, aprovecharé este domingo para disfrutar “El loco manicomio” de A contramano, acompañado de unos buenos mates.

Notas

1. Fui Profesor Asistente Gº2, desde 2007 a 2018, y con Dedicación Total en el período 2016-2018. ↩︎

Fotografía de encabezado: «Desfile inaugural de carnaval 2018» de Ricardo Klein.