La semana pasada la diaria publicó dos notas interesantes, que pintan un poco en qué anda una parte de los escritores uruguayos contemporáneos. El primero es un artículo de Gerardo Ferreira sobre las primeras ediciones de algunos poetas jóvenes: Andrea Estevan (1974), Nicole Sus (1987), Santiago Pereira (1983), Sofía Rosa (1986), Diego de Ávila (1984), Alicia Preza (1981), Juan Manuel Sánchez (1983), Ana Fornaro (1983) y Victoria Estol (1983) . Clickeando en sus nombres pueden leer sus blogs o sitios en los que hay textos de ellos (la mayoría tomados de otro blog:Las elecciones afectivas, las afinidades electivas / Curaduría autogestionada de poesía uruguaya contemporánea)
Ferreira cierra la nota con la siguiente reflexión:
Seis de los nueve escritores mencionados han encontrado en la editorial Yaugurú una escotilla de salida. Se sabe: es una apuesta arriesgada publicar poesía en los tiempos que corren, y aún más si son “primeros” libros de poesía, y encima de jóvenes. Por eso, la sana conducta de abrir el juego, de dar el espacio y de generar la brecha por la cual se puedan ir colando los que llegan es algo que debería no sólo mantenerse sino imitarse, para incentivo de los creadores, y en especial de los poetas nuevos, que por falta de “salida” de sus obras, deambulan o detienen durante un lapso indefinido eso que saben hacer: escribir.
Si quieren más poesía, tienen el blog de Manuel Barrios, en el que pueden leer textos suyos y un adelanto (poemas de Laura Chalar) de una antología de poesía uruguaya que acaba de publicar en Guatemala por la editorial Catafaxia. No se olviden de pasar un rato por el blog de Fabián Severo para enterarse de que la poesía uruguaya no se escribe sólo en español.
Finalmente, si les interesa tener otro panorama pueden leer este artículo de María de los Ángeles González.
La otra nota fue la entrevista que Gabriel Lagos le hizo a Ana Solari, en la que la narradora dice cosas como esta:
un escritor uruguayo tiene que escribir de la tortafrita, del fútbol, del campito, de la patrona, del truco o de cosas vinculadas a la política, no importa que sea ficción o no, pero todo lo que se sale del paisito de Benedetti incomoda
O esta:
Ahí está la soledad del hombre, que es su propio demiurgo, su propio dios. Ese punto me interesa mucho, es a lo que le doy vueltas: la construcción de sí mismo.
Bueno, la dejo por ahí.
Posdata (2 de febrero de 2015). Después de escribir este post muchas otras cosas sobre la literatura uruguaya fueron publicadas en este blog. Por ejemplo, una excelente iniciativa en la que escritores leen un poema suyo, una reseña de Ramiro Sanchiz de una antología de escritores jóvenes o un texto que leí en la presentación del libro Susana y la distancia de Hekatherina Delgado.
Gracias Ale, necesitaba un post como ésta para renovar mis lecturas.
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Si G. G. Marques y Vargas Llosa ganaron el novel contando cosas de ellos por que nosotros no podemos contar algo bueno sobre tortas fritas y futbol
….
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Estimado, es cierto que lo que dice Ana Solari es polémico pero también es cierto que hay una zona de nuestra realidad que no es el fútbol ni la torta frita y también es cierto que hay una literatura uruguaya que no habla de esas cosas y sigue siendo tan uruguaya como la otra. Me parece que más allá de lo polémico del comentario de Solari, es bueno que existan muchas literaturas en Uruguay y muchas cosas nuestras, que no se cierre el concepto de «lo nuestro». Saludos y gracias por el comentario.
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